Querencias
D O S
E S T R E L L A S
G U I A S
Instrumento de orientación por excelencia, igual que para los antiguos navegantes y marineros de agua dulce, como en el fondo es el caso de las andanzas de este escriba errante, autor y cantor de ‘versos dispersos’, arias, romanzas, serenatas, lieder y otros cantares en lenguas extrañas y complejos pentagramas, mi fulgurante rosa de los vientos tiene dos “estrellas-guías”…
Estrellas de primera magnitud y primerísima luminosidad…
por no hablar de su belleza natural [que nuestro poeta ya decía: ¡fundamental!] y del inmenso cariño que es el aire, agua, tierra, fuego, miel de la vida, y aún más de bienaventuradas palabras y acciones... sin las cuales no sé [ni nunca sabré] donde estaría hoy... ni donde hubiese ido a parar…
el grato recuerdo de una gran estrella ausente, “JOYCE”, el culto perenne y casi exacerbado a mi estrella viva, “CARMEN”, —«alegría» y «poema»— dos mágicos rasgos, únicos en el mundo, el primero ya hace mucho desvanecido en las nieblas del tiempo, el segundo bien presente a mi lado, sí, omnipresente, más que presente en el cambiante vaivén del día a día, que aprovecho para rimar con idolatría, están [estarán] inextricablemente conectados con la parte más vívida, imprescindible y gratificante [¡pasada, presente y futura!] de esta increíble aventura!
Canto
Videos
preparados por un viejo amigo, utilizando [antiguos] tapes e insistiendo en que deberían estar
disponibles para amigos y aficionados.
Gracias, querido Julius - donde quiera que se encuentre.
Teatro
Desde de los años de seminario el gusano del teatro viene haciendo su labor oculta, especialmente del teatro ligado a la música.
Allí eran los típicos autos sagrados, medievales y modernos, y en las fiestas mayores, Don Bosco, Maria Auxiliadora, Domingos Savio, Padre Director, visitas del Inspector Provincial o de algún miembro de la alta jerarquía salesiana de Turín, presentaciones musicales o piezas teatrales denominadas “operetas”, con argumentos casa siempre sacados de la vida de algún santo, realizadas con acompañamiento de piano, y en las cuales yo siempre tenía un papel de “solista”, provocando la envidia de unos y otros.
Entre otros he sido Santo Domingos Savio, San Aleixo e incluso San Luis Gonzaga.
Para no decir que no tenía pinta de santo!
Pero también me acuerdo de un Otelo, debidamente adaptado [y por supuesto censurado], Le furberie di Scapino [como siempre adaptado y censurado… Molière è morto, cosa fare?…], un Pirandello, Enrico IV [idem, idem], un Oedipus Rex y muchos otros más.