España
…significaba —¡para mí!— hasta ahora, área de tránsito, territorio de paso, país inevitable.
Viajando de Alemania, o de cualquier otro país de Europa, con destino a Portugal,
y a camino de vuelta, al hacer ese recorrido de coche, no se puede desviar.
Obviamente no hay ni podría haber razón alguna para eso. Los siniestros tiempos
del franquismo están más que muertos y sepultados… para nosotros, claro, turis-
tas recalcitrantes, que cuando mucho nos extraviamos hasta el monstruoso Valle
de los Caídos, insolente testigo de la megalomanía fascista, engendrado, gestado
y parido por el truculento enano de voz atiplada, “paca la culona”.
Que Belcebú lo tenga y mantenga, a él y a sus secuazes.